A la corresponsal en Jerusalén de TVE Almudena Ariza, no la han dejado hacer su trabajo en Israel. Ciudadanos israelíes se pusieron entre ella y la cámara, en una transmisión en directo e impidieron que continuara con la conexión. No eran agentes del orden, ni militares ni vigilantes de seguridad, sino simples paisanos que aplicaban la censura informativa sobre una periodista de un medio extranjero, sin importarles nada su acreditación en el país ni su trabajo. Simplemente no quieren que nadie informe de la barbaridad que están cometiendo contra el pueblo palestino. Ella asegura que eso estaba pasando diariamente y que les insultaban diciendo que vuelvan a sus países.
Más de cien periodistas han muerto en los seis meses de guerra que libera Israel contra Hamas. Cien periodistas entre las 34.000 personas asesinadas de las cuales 14.000 son niños, habiendo hasta ahora unas 75.000 personas heridas y causando grandes destrozos en la franja.
Gaza se encuentra sin hospitales por haber sido todos ellos bombardeados y destruidos directamente, porque decían que los miembros de Hamás se escondían precisamente allí. El personal médico y sanitario de los hospitales ha sido enormemente castigado, amén de las muertes y heridas sufridas por enfermos y familiares.
Al parecer, la cosa se está complicando. Israel se encuentra amenazada por Irán cuyos comandos han asaltado un buque propiedad de un magnate israelí en el Estrecho de Ormuz, además de lanzar 170 drones, más de 30 misiles de crucero y más de 120 misiles balísticos sobre el territorio ocupado que Israel ha interceptado, informado de daños menores en una base aérea. El ataque fue en réplica al asesinato en la Sección Consular de la Embajada de la República Islámica de Irán en Damasco, donde murieron 16 personas, entre ellas altos oficiales y miembros de la Guardia Revolucionaria, entre ellos el general Mohammad Reza Zahedi, enlace clave con la milicia libanesa de Hezbolá. Esto puede traer malas consecuencias en una zona muy movida y nada tranquila. Todas las miradas están ahora en la previsible represalia de Netanyahu y en el papel que puede desempeñar EE UU.
Por otro lado, han aparecido en escena las protestas de los ultraortodoxos judíos, a quienes el primer ministro Ben Gurrión concedió en 1948 la exención del servicio militar obligatorio y les otorgó buenas subvenciones paraque se dedicasen al estudio de la Torá. Actualmente esto está provocando recelos en la sociedad israelí, y son muchas las voces que protestan por la exención del reclutamiento y abogan por suspender la financiación de las escuelas religiosas.
Por aquí, a los intentos de Pedro Sánchez de reconocer el Estado palestino, que en líneas generales apoya el PP, le ha salido detractores cuando precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, en su costumbre de atacar al presidente del Gobierno y hacer política internacional que no le corresponde, dice no entender la preocupación de Sánchez con la situación en Oriente próximo y que el reconocimiento del Estado palestino, es “premiar a los terroristas de Hamás”.
Esperemos que Israel no se tome en serio el conflicto con Irán, que con su lengua se lame el poco destrozo que dice ha producido el bombardeo iraní y, fundamentalmente, se acuerde que fue ella la primera en iniciar la contienda, y si no, que Dios nos pille confesados.
Sí, no se olviden de Gaza, de toda Palestina, ni de los cientos de miles de inmigrantes agazapados en cualquier rincón del mundo.