A la corresponsal en Jerusalén de TVE Almudena Ariza, no la han dejado hacer su trabajo en Israel. Ciudadanos israelíes se pusieron entre ella y la cámara, en una transmisión en directo e impidieron que continuara con la conexión. No eran agentes del orden, ni militares ni vigilantes de seguridad, sino simples paisanos que aplicaban la censura informativa sobre una periodista de un medio extranjero, sin importarles nada su acreditación en el país ni su trabajo. Simplemente no quieren que nadie informe de la barbaridad que están cometiendo contra el pueblo palestino. Ella asegura que eso estaba pasando diariamente y que les insultaban diciendo que vuelvan a sus países.

Más de cien periodistas han muerto en los seis meses de guerra que libera Israel contra Hamas. Cien periodistas entre las 34.000 personas asesinadas de las cuales 14.000 son niños, habiendo hasta ahora unas 75.000 personas heridas y causando grandes destrozos en la franja.

Gaza se encuentra sin hospitales por haber sido todos ellos bombardeados y destruidos directamente, porque decían que los miembros de Hamás se escondían precisamente allí. El personal médico y sanitario de los hospitales ha sido enormemente castigado, amén de las muertes y heridas sufridas por enfermos y familiares.

Al parecer, la cosa se está complicando. Israel se encuentra amenazada por Irán cuyos comandos han asaltado un buque propiedad de un magnate israelí en el Estrecho de Ormuz, además de lanzar 170 drones, más de 30 misiles de crucero y más de 120 misiles balísticos sobre el territorio ocupado que Israel ha interceptado, informado de daños menores en una base aérea. El ataque fue en réplica al asesinato en la Sección Consular de la Embajada de la República Islámica de Irán en Damasco, donde murieron 16 personas, entre ellas altos oficiales y miembros de la Guardia Revolucionaria, entre ellos el general Mohammad Reza Zahedi, enlace clave con la milicia libanesa de Hezbolá. Esto puede traer malas consecuencias en una zona muy movida y nada tranquila. Todas las miradas están ahora en la previsible represalia de Netanyahu y en el papel que puede desempeñar EE UU.

Por otro lado, han aparecido en escena las protestas de los ultraortodoxos judíos, a quienes el primer ministro Ben Gurrión concedió en 1948 la exención del servicio militar obligatorio y les otorgó buenas subvenciones paraque se dedicasen al estudio de la Torá. Actualmente esto está provocando recelos en la sociedad israelí, y son muchas las voces que protestan por la exención del reclutamiento y abogan por suspender la financiación de las escuelas religiosas.

Por aquí, a los intentos de Pedro Sánchez de reconocer el Estado palestino, que en líneas generales apoya el PP, le ha salido detractores cuando precisamente la presidenta de la Comunidad de Madrid Isabel Díaz Ayuso, en su costumbre de atacar al presidente del Gobierno y hacer política internacional que no le corresponde, dice no entender la preocupación de Sánchez con la situación en Oriente próximo y que el reconocimiento del Estado palestino, es “premiar a los terroristas de Hamás”.

Esperemos que Israel no se tome en serio el conflicto con Irán, que con su lengua se lame el poco destrozo que dice ha producido el bombardeo iraní y, fundamentalmente, se acuerde que fue ella la primera en iniciar la contienda, y si no, que Dios nos pille confesados.

Sí, no se olviden de Gaza, de toda Palestina, ni de los cientos de miles de inmigrantes agazapados en cualquier rincón del mundo.

“Israel se defiende”, eso dicen los que justifican las barbaridades que está cometiendo el ejército de este pueblo, en contra de la población árabe; en contra de los que, en teoría, serían sus vecinos, sus compañeros, sus semejantes y casi sus hermanos.

Realmente el ataque de Hamás del pasado 7 de octubre, ha incendiado la mecha para que Israel pase al ataque. Quizás esta vez, la culpa la tiene Hamás por haber empezado la contienda, haber despertado a un sonámbulo, haberle dado la oportunidad de contratacar, pasar a la ofensiva, porque cuando Israel contrataca, lo hace con todas sus fuerzas, sin miramientos de ninguna clase, y ya no hay vuelta atrás. Lo estamos comprobando día a día desde aquel fatídico 7 de octubre.

Sí, dicen que Israel se defiende, sí, pero de quién. Se defiende de niños heridos y de bebés que no encuentran incubadoras. Se defiende de mujeres y de ancianos. Se defiende de inválidos y de impotentes. Se defiende de enfermos y desamparados. Se defiende de cuerpos rotos y de almas desvalidas.

Se ha demostrado que en los sótanos del hospital Al Shifa, donde el ejército de Israel hizo una incursión “precisa y dirigida”, según ha comunicado el estado mayor judío, después de dos días de asedio, no había armas ni era el centro de mando de Hamás.

Israel se defiende, sí, pero quién lo dice, quién repite esta frase. No serán justamente aquellos que un día se lo hicieron pasar mal, aquellos que sembraron el terror, hicieron sufrir al pueblo judío a quien consideraban indigno, ruin e indecente.   

Que yo sepa, en ninguna guerra civilizada, si es que alguna guerra puede calificarse así, jamás nadie ha bombardeado un hospital, ni ha atacado un centro médico donde tan solo puede haber heridos, gente medio muerta y personas que tan solo esperan que sus almas abandonen esos esqueléticos cuerpos y que sus suspiros sean los últimos.       

Realmente, Israel cuando quiere matar a alguien, lo hace con toda certeza y toda seguridad. Sus sistemas de ataque son tan certeros que no fallan, pero esta vez han errado, malogrado y hasta decepcionado. Y que se sepa, el pueblo palestino no es ni ha sido el enemigo del pueblo judío. Y si no, que se lo pregunten.

Europa, la culpable de este desastre, esconde la mano y dice que “Israel se defiende”, pero no es así. Espero con toda mi alma que, algún día, de algún año y de algún siglo, el pueblo judío descubra la realidad de su sufrimiento y de su injusta venganza contra el pueblo palestino.

Sí, no se olviden de Gaza, de toda Palestina, ni de los cientos de miles de inmigrantes agazapados en cualquier rincón del mundo.

Israel lo ha conseguido. Por fin ha entrado en Gaza, después de una espera de casi tres semanas. Desde el ataque de Hamás el 7 de octubre pasado, hay casi diez mil palestinos muertos entre los que se encuentran unos cuatro mil niños, dos mil quinientas mujeres y muchos ancianos. Casi mil familias han sido exterminadas del todo por los sucesivos y dirigidos bombardeos.

Los ataques directamente dirigidos a sesenta centros médicos y hospitalarios, han dejado 120 cadáveres entre el personal médico y han causado la destrucción de más de veinticinco automóviles sanitarios y ambulancias

Estaba claro. Israel quiere borrar a Gaza del mapa, quiere exterminar a Hamás y le da lo mismo bombardear escuelas, hospitales, barrios residenciales, campos de refugiados o plazas, así como jardines y espacios públicos donde juegan los niños, las madres hacen la compra, los más mayores toman el sol y los hombres trabajan para ganarse el sustento de su día.

Israel, después de 75 años de genocidio, tiene ahora la oportunidad de masacrar y acabar con el que cree es su enemigo número uno Hamás, que no ha renunciado nunca a la lucha y a la defensa de su territorio.

Israel supuestamente se defiende de la agresión de Hamás, que fue quien ha atacado primero y ha secuestrado a ciudadanos israelíes. Israel se exculpa diciendo que tan solo se está protegiendo de los ataques terroristas de Hamás, sin hacer referencia al terrorismo que ha ejercido en todo el territorio durante los últimos setenta y cinco años.

Y claro, Estados Unidos y la Europa solidaria, se han inclinado para defender al agresor real, al verdadero terrorista, ignorando el sufrimiento que padece el pueblo palestino en la Tierra Prometida, desde que unos ciudadanos europeos, rubios y de tez blanca, han decidido que el pueblo judío no merecía la pena y que había que exterminarlo.

Los judíos, que nadie puede negar el sufrimiento al que han estado sometidos, han decidido casi unánimemente vengarse, pero se han equivocado de adversario. Su enemigo y contrincante era el pueblo alemán y no todos los alemanes, ni los inocentes, cándidos e inofensivos palestinos, que Dios les había asignado para compartir una tierra y vivir en armonía y concordia.

No señor, Israel se equivoca, se ha confundido y ha errado al señalar al pueblo palestino como adversario y nadie se lo dice. Y lo peor de todo, es que precisamente quien se lo puede decir y el que lo puede convencer, no lo hace, sino que lo apoya y defiende.

Estados Unidos y la Europa racista, son cómplices del genocidio que está llevando acabo Israel en Palestina. Su furor y venganza desmesurados, la están llevando al extremo más exagerado de la crueldad contra quien no tiene culpa ni responsabilidad alguna. Miren, piensen y verán qué gran injusticia se está cometiendo en nombre de “Israel tiene que defenderse” y verán que no es verdad. Seguiré repitiendo… no se olviden de Gaza, Palestina, Irak, Siria, Yemen, ni de los miles de refugiados agazapados en cualquier rincón del mundo, ellos no son culpables y están padeciendo mucha maldad.

Tres hechos insólitos han enturbiado y amargado nuestra existencia en el último mes: los terremotos de Marruecos y Afganistán y la guerra que se ha declarado en Palestina, tras los bombardeos y la inclusión de Hamas en los territorios judíos.

Marruecos ha sobrevivido a un gran terremoto que ha sacudido a casi todo el país, incluso ha llegado al sur de España, terremoto que ha dejado tres mil muertos y la destrucción de muchas aldeas y viviendas en la zona del Gran Atlas, afectando a cinco provincias. Recordemos que el terremoto de Agadir de 1961, había causado 12.000 muertes por haber tenido su centro sísmico en esta ciudad, que estaba prescrita a ser un centro turístico por excelencia. En 2004 la sacudida de la región de Alhucemas se ha saldado con aproximadamente 700 muertes y mil heridos.

Un desastre y una pena por dejar huérfanos, viudas y ancianos sin hogar ni medios de existencia, además de los pobres malheridos a quienes el ejército ha tenido que socorrer plantando hospitales de campaña. Pero el auxilio no tardó en llegar desde todas las zonas del país, mientras el Estado empezaba a organizar cómo reconstruir lo derribado y como levantar lo caído.

Suerte están teniendo en Marruecos por las ayudas que ha recibido, tanto del interior como del exterior, a tal punto que las relaciones entre este país y Francia se han visto tambalear al no aceptar Rabat que París participase en socorrer a la población afectada. Chapeau a los miembros de la UME españoles que han participado en auxiliar a la gente que se quedó atrapada entre los escombros de las viviendas de adobe, tan numerosas por la zona.

Suerte tiene Marruecos digo, por tantas ayudas recibidas, porque Afganistán cuya región oeste, la más próxima a Irán, tan propensa a los desastres naturales, fue sacudida recientemente dos veces, ha cobrado más de 2.400 vidas, tiene una población empobrecida, está a falta de infraestructuras y los apoyos internacionales que podían aportar ayudas al desarrollo, han tenido que dejar el país recientemente nada más constituirse el nuevo gobierno.  

El ataque del grupo terrorista Hamas a Israel, ha sido el no va más. Es exactamente lo que esperaba Israel para justificarse y alcanzar el beneplácito de todas las fuerzas internacionales, para comenzar a liquidar a sus acérrimos enemigos palestinos, en concepto de defensa de su territorio. Hoy mismo, la misma presidenta de la Comisión Europea y delegados de Francia y Alemania se dirigen allí para apoyar a este pobre atacado y humillado por los terroristas de Hamás. Es una pena, porque estos representantes europeos no han acudido, en ningún momento de este año, cuando Israel asesinó a 268 personas entre los que se encontraban niños y ancianos, cuando ha confiscado tierras o profanado lugares santos del islam, ni cuando los colonos han invadido territorios palestinos, como aseguró el embajador palestino en Madrid hace unos días.

Alemania y Francia han prohibido estos días las manifestaciones en apoyo de Palestina, mientras que en el Reino Unido se advierte que ondear la bandera de ese país puede ser considerado un delito de orden público. Bueno, no esperábamos otra reacción, porque ¿qué iban a decir las potencias causantes de la ocupación de Palestina por el opresor israelí?

Es cierto que Hamás tiró la primera piedra, aunque no sido la única vez. Es cierto también que ha dado en la diana con sus bombardeos y su inclusión en tierra enemiga, y esta sí que ha sido la primera vez. Las bajas han sido numerosas para ambas partes, pero el número de víctimas palestinas supera al de víctimas israelíes. Y lo que parecía una escaramuza de fin de semana iniciada por Hamás, se está convirtiendo en una guerra seria e intuyo que muy larga.

El Ejército de Israel inicia la evacuación de Gaza y ordena a un millón cien mil personas a abandonar la zona norte y refugiarse al sur de la Franja. Se dice que ha dispuesto unos 360.000 soldados para entrar en la zona y acabar con todo ser viviente.

Realmente Gaza no es Hamás. Allí hay población civil indefensa, hay extranjeros y se sabe que muchos españoles. Israel ha lanzado un comunicado donde pedía a los ciudadanos del norte de la Franja de Gaza que abandonaran la zona y se vayan al sur. Quieren evacuar a un millón cien mil personas por sus propios medios, entre los que se encuentran mujeres, niños, ancianos y enfermos. Una locura que no acepta ni la ONU, pero el plazo se está acabando. Queridos/as, piensen en lo que estarán sufriendo las personas que están en Gaza en este momento, piensen igualmente en los cientos de miles de inmigrantes que se encuentren agazapados en mil rincones del mundo. Ellos también tienen derecho a ser libres.

“Yolanda Díaz plancha e indigna a Ayuso y a Cayetana Álvarez de Toledo”, así reza el título en el diario Público del 18 de julio pasado.

Lo siento, ya he vuelto a mezclar las cosas, o simplemente se me han mezclado sin querer. He metido en la ensaladera a Yolanda Díaz de Sumar y a dos números del PP. Una que va lanzada a por la gobernabilidad de la Nación, queriendo saltar de su Comunidad directamente a la Moncloa (I.D.A.), y la otra que siempre se asoma desde un peldaño más alto a un horizonte que en estos momentos no identifico (C.A. de T.).

A todas estas contradicciones se agrega el 18 de julio, una fecha memorable (yo dejé de fumar ese día de 1995), aunque más acorde con Santiago Abascal pero, la verdad,  no tan alejada de esta pareja de muchachas peperas.

La primera, Ayuso, según el diario Público, ponía en duda que Díaz planchase de verdad. Después de investigar dónde v cómo vive la dirigente de Sumar, manifestó que no se lo creía y le parecían ilógicos y mal dos cosas: que la gente de izquierdas pueda vivir en una casa tan grande y le inquietaba que obliguen a planchar a las señoras que habitan en casas de 400 metros cuadrados y más. Estas son cosas que se piensan, son opiniones con las que podemos estar o no de acuerdo.

La Álvarez de Toledo dice que lo de planchar no lo veía ella desde NODO, lo que nos enlaza con el 18 de julio claro está. Le parece retrógrado, glaciar y se pregunta que de qué cueva ha salido esta mujer que, en el último debate televisado, puso firmes incluso a Santiago Abascal, que por esas cosas de la vida, no ha pasado ni la mili ni vivió guardia ninguna.

Yolanda Díaz ha afirmado que planchar la relaja y le sirve para concentrarse y despejar su mente. Exactamente igual que me sucede a mí con fregar, pero mi mujer no me deja porque dice que gasto mucha agua. Si Yolanda y yo nos relajamos con una u otra actividad casera, me parece genial y positivo, pero no quiero estar en el pellejo de estas dos criticonas porque no puedo adivinar lo que les puede relajar, si es que se relajan en algún momento.

A todo esto,  no se olviden de Palestina, Irak, Siria, Yemen, ni de los miles de refugiados agazapados en cualquier rincón del mundo.

La verdad es que la guerra que se ha montado el señor Putin con Ucrania, no me ha quitado el sueño en ningún momento. No la considero justa, ni necesaria, ni indispensable, sino que al contrario es una cagada del dictador ruso que se ha metido en lleno casi en una guerra civil, para someter a la fuerza a quien quiere liberarse de su yugo. Que estas cosas estén pasando en el siglo XXI y en Europa precisamente, denota que esta humanidad que compartimos no tiene razón de ser ni sentido alguno.

Sí es una guerra inhumana, pero hubo y hay muchas y peores guerras en el mundo, guerras más injustas, peor consideradas, muy abusivas y hasta infundadas que no han despertado tanta pena ni tanta repulsa en Europa. Estas fueron y son las guerras que, en muchos casos, crearon y cultivaron los propios europeos o ayudaron a encender su llama, pero siempre fuera de su territorio. Bueno, tengamos en cuenta que la vieja Europa fue testigo de dos guerras que casi acaban con todo, porque hicieron que todo el mundo participase en ella sin querer y para eso las llamaron mundiales y no europeas. Porque díganme ¿qué tenía que ver un país africano o asiático colonizado en una lucha entre las naciones europeas? A mi entender nada de nada. Eso era algo interno que no favorece en nada a un tercero que se encuentra a unos cuantos miles de kilómetros distante de Europa. Pues miren, sí. Las naciones europeas en litigio, consiguieron que muchos africanos y asiáticos participasen en su lucha y hasta perdiesen su vida por combatir a un enemigo que no tenían y que hipotéticamente nada les había hacho. Ellos convirtieron una guerra local en mundial.

Volviendo a Putin, está claro que a este hombre no le van bien las cosas y que erró el tiro. Se ha equivocado al creer que Ucrania era una pista plana, sin bache alguno donde poder entrar y salir sin sufrir daños, estropicios ni represalias.

Me da a mí que lo que quiere y/o pretende es convertirse en el Hitler del siglo XXI, iniciar la Tercera Guerra Europea y hacer que sea Mundial.

Pero no me podía creer que al estratega ruso, al ingenioso y perspicaz hombre de la inteligencia civil y militar, la historia le podía hacer pasar y sufrir un estrago de semejante envergadura. Resulta que se ha quedado sin soldados activos para repeler o atacar a una pequeña potencia que durante muchas décadas ha comido de su mano. Válgame Dios y para solucionario tiene que llamar a los reservistas, al reclutamiento voluntario que ha mutado y convertido en obligatorio.

El colmo de los colmos es que cientos, o mejor miles de jóvenes rusos se dirijan diariamente desde hace una semana a las fronteras rusas con Georgia y Finlandia para escapar y huir del reclutamiento plantado y requerido por el Kremlin. Las colas en las fronteras son interminables y los vuelos están a unos precios prohibitivos. Es una población, una ciudadanía que no quiere participar en una guerra tan falsa como detestada que ha creado un gran malestar social.

Aunque esto suceda en la legendaria Europa, no se olviden de Palestina, Irak, Siria, Yemen, ni de los miles de refugiados agazapados en cualquier rincón del mundo.

Todo aquello que expresamos con anterioridad para España, se puede aplicar exactamente, e incluso con más violencia y virulencia, hablando en términos sanitarios, para Marruecos. Ésta, nuestra amada patria de origen, ha conocido un año muy movido, exageradamente movido, diría yo. Ha celebrado unas elecciones generales donde el sistema ha contribuido, junto a la población, a la liquidación del islamista Partido de Justicia y Desarrollo, para aupar a un partido liberal a la formación de un Gobierno tripartido que barre para dentro. Ya lo decía creo que el mismo Hassan II: “Dejad a los islamistas porque caerán solos”; y así fue. Han caído brutal y rabiosamente, pasando de 125 a tan solo 9 escaños parlamentarios. Ha sido una gran sorpresa para todos, incluso para ellos mismos y ahora, el Rey mejor que nunca porque reina y gobierna.

Este año que ya finaliza, ha sido para Marruecos el año del Sáhara. Por un lado ha conseguido un doble reconocimiento por Estados Unidos y por Israel, para de otro modo y también doblemente, enemistarse con Argelia y con España y todo ha sido a consecuencia del Sáhara.

De todo este tinglado ¿a que adivinan ustedes quién es el vencedor?… Claro que sí, Estados Unidos que ha colocado a su socio del alma en el centro de la vorágine, en contra de la voluntad de Oriente y de Occidente y sobre todo, en desavenencia de los legendarios adversarios de Israel.

Por el Sáhara, Marruecos ha retirado a su embajadora de Madrid, ha hecho oídos sordos para que más de diez mil paisanos, casi la mitad de ellos en la pubertad, se introduzcan en Ceuta. Ha influido para que caiga la ministra española de Asuntos Exteriores que, al parecer no ha entendido nada cuando desde Marruecos se decía alto y claro, que la cuestión del Sáhara es primordial y no admite discusión alguna. La acogida “humanitaria” de Ibrahim Ghali en un hospital español para tratarle de su dolencia, ha sido un error desafortunado y más épico al no haber informado a las autoridades vecinas de ello. Dirán ustedes que España no tiene que justificarse ante nadie y tienen razón, pero hay cuestiones en política internacional que hay que tomarlas con mucha parsimonia y varios alfileres. Las relaciones entre ambos países se han visto muy perjudicadas y la prensa, en ambos países, está contribuyendo a ello. Aquí en España se publican artículos sobre la escalada armamentista del país vecino, sobre su potencial y se habla de una supuesta estrategia bien marcada que define con toda claridad las pretensiones y ambiciones desmedidas del reino Alaoui en torno a Ceuta, Melilla y las pequeñas islas del Mediterráneo, mientras otros escritos describen el bloqueo económico que se pretende hacer sobre las dos ciudades. Y no seré yo quien lo intente negar categóricamente.

Marruecos y Argelia han entrado en una escalada nada saludable desde el cierre de las fronteras entre ambos países en los años noventa, Argelia ha cortado relaciones con su vecino y hasta ha prohibido  que sus aviones civiles vuelen su territorio, después de la muerte de tres camioneros argelinos, en extrañas circunstancias cerca de la frontera mauritana. Se habla de una eminente guerra en el Norte de África, cosa que personalmente, al igual que todo ciudadano magrebí lamenta, declina y rechaza. Esperemos que la mesura, prudencia y serenidad se impongan entre las dos naciones hermanas cuyos pueblos no se merecen semejante desastre.

Bueno, que el 2022 nos traiga salud, bienestar y fortuna. Que se apiade de nosotros y sea más benévolo que este 2021. Pero aun así, no se olviden de los cientos de miles de ciudadanos de este planeta, que andan buscando misericordia, paz, holgura y felicidad, dando un final eminente a sus miserias.

Sin duda alguna, el año que estamos despidiendo, ha sido el peor del último decenio. Ha sido tan duro como desesperado; y si no, paren un momento, piensen y recuerden.

Aquí en España, la pandemia después de atizarnos fuerte a primeros de año, empezó a aflojar y nos ha dado un descanso relativo, para incluso poder coger unas pequeñas y reducidas vacaciones en el verano, que en mi caso han sido de dos semanas. El último trimestre del año que corresponde al otoño, nos ha vuelto a martirizar con estas subidas tan mal contabilizadas según mi opinión, al relacionarlas con los cien mil habitantes. Seguro que lo hacen para que parezcan menos masticables las noticias.

Imagínense qué es más penoso, decir que en mayo se han notificado 656.760 casos confirmados de Covid en la Comunidad de Madrid, o decir que ha habido una incidencia acumulada de 9.686,9 casos por 100.000 habitantes; al igual que comentar que en los últimos 14 días el número de casos confirmados fue de 12.515 que representan una incidencia de 184,6 casos por 100.000 habitantes. (Éstas son cifras oficiales del Informe Epidemiológico COVID-19. Madrid 01 de junio de 2021). Evidentemente no es igual hablar de 656 mil y poico y 12.515 que de 9686 y 184 casos por cien mil habitantes. Pero en suma lo que interesa saber es el número total de infectados, ingresados en hospitales y fallecidos.

Aquí la economía nos está jugando una mala pasada y el Gobierno no parece satisfecho con las previsiones para este año ni para el próximo. Desde la Comunidad y desde el Ayuntamiento de Madrid, están bailando con el más feo. Sí, con el más feo porque son ellas las que bailan y no ellos. Ellas nuestra Presidenta y nuestra Vicealcaldesa. La primera está empeñada en enfrentarse, llevarle la contraria y compararse con el Presidente del Gobierno del país y la segunda, está dando palos de ciega al problema de las terrazas, empeñada en salvar y proteger a la hostelería de no sé qué crisis, como si fueran los únicos empresarios que ha perjudicado la pandemia. Oiga, paren y miren a su alrededor. Presidenta compárese, critique y métase con los de su tamaño y especie, y deje en paz a los estamentos más altos que ya tienen a sus detractores detrás de ellos vigilándolos y amenazándoles, como tiene que ser. Y usted, Vicealcaldesa, un poco de cordura por favor, y si quiere favorecer a los baristas, tenga en cuenta también a los cientos de miles de ciudadanos que sufren a consecuencia de una reglamentación mal planificada, no respetada y que resulta más perjudicial que ordenada.

No, si esto no se ha acabado todavía, porque tenemos pandemia para rato. Ahora mismo, en este instante me acaban de informar que ha fallecido el esposo de una compañera de mi mujer. Vaya desde aquí mi humilde homenaje a un hombre tranquilo, tal como poco le conozco y todas mis condolencias a su pequeña y gran familia. Ahmad, descansa en paz. Ya me dirán ustedes, quién en este mísero momento no ha perdido un familiar, amigo o conocido a causa de esta sexta ola, cuyos síntomas no difieren de los de una vulgar y normal gripe.

La verdad es que este año tan duro, lo ha sido también por otras causas igual de importantes. Las relaciones con nuestro vecino más próximo, el vecino del sur, han resultado de lo más extravagantes y raras. Y hay muchos paisanos que siempre han pensado que desde siempre han sido unas relaciones muy controvertidas y quizás razón no les falte. Desde la época de la Transición, la amistad entre los monarcas de ambos países ha jugado un papel primordial para solucionar cualquier problema, hasta que Mohamed VI ha decretado que la cuestión del Sáhara es primordial para Marruecos y que para ello él es capaz incluso de bailar hasta con la más fea, después de contar con el apoyo de EE.UU., Israel, Alemania… Pero España no quiere ni puede entenderlo.

Cierto es que estos no son los únicos escollos de la España de hoy y haberlos haylos e incluso, mucho más gordos. Pero no se olviden de Gaza, Egipto, Yemen, Siria, Irak ni de los cientos de miles de refugiados agazapados en cualquier cuneta.

En muchos medios, sobre todo en las  redes sociales, ha sentado muy mal que Marruecos pusiera a la venta por 3,75 dirhams, equivalentes aproximadamente a 34 céntimos de euro, un sello de correos conmemorando el cien aniversario de la Batalla de Annual. Allá en el Sur, se celebraba una gran victoria, mientras por aquí, en el Norte del Sur, se analizaron en su día, julio pasado, como todos los años, la derrota, sus motivos y su trascendencia en toda la prensa nacional. Ahora, semanas después, prensa y redes sociales, todos se encuentran afligidos, resentidos y contrariados.

Annual, un pueblo o aldea que ni figuraba en el censo demográfico de Marruecos en 2004 por  estar, entonces, considerada como aldea o comunidad rural. Pero que hoy, diecisiete años después, considero que se habrá desarrollado y crecido algo, seguramente gracias al esfuerzo de sus habitantes y no el de los gobernantes. En realidad, pienso que siendo el sitio que es, un lugar que recuerda a Abdelkrim y a la República del Rif, la Administración marroquí, nacional como local no ha cuidado ni potenciado, sino que la han dejado en el olvido y no habrán ni celebrado el acontecimiento. Qué pena de país y qué pena de gente.

El sello en cuestión, fue editado por la sociedad anónima Barid Al Maghrib (Correos de Marruecos), motivo por el cual el diario La Razón incluye el siguiente titulo: “Marruecos celebra la matanza de españoles de Annual”, mientras Okdiario.com titula su artículo: “Marruecos celebra con un sello conmemorativo el asesinato de 10.000 españoles”. Además se puede leer que: “El Reino alauita ha decidido recordar la gloriosa batalla de Annual que entienden como un hito clave en la independencia de Marruecos”. Y añaden que éste es un sello conmemorativo del movimiento contra España y Francia.

En realidad nada tiene que ver ganar la batalla de Annual en la independencia del país. Nada tiene que ver porque se ganó esa batalla en 1921 y se perdió la guerra; especifico la guerra de España contra Abdelkrim en 1927, después de hacer partícipe a Francia y utilizando armas nada convencionales.

En otras publicaciones se pueden leer titulares como: “La población marroquí se dispara en Andalucía un 16 % desde que gobierna Pedro Sánchez”, “Un informe advierte de la amenaza militar de Marruecos al Estrecho: prepara 20.000 millones en armamento” y “El incremento de las exportaciones de Marruecos deja en situación crítica a los agricultores andaluces”.

No seré yo precisamente quien hable y celebre el asesinato de esos pobres diez mil soldados españoles, llevados a la batalla por sus coroneles y generales más prestigiosos del momento. Ellos, gañanes triunfalistas, no podían creerse lo que ha sucedido y así se han vengado buscando la alianza con Francia y usando armamento prohibido por los estamentos internacionales: gases venenosos arrojados contra la población civil que, incluso hoy día, o mejor dicho, hoy día más que entonces sufren sus consecuencias, al estar la zona del Rif en la delantera, siendo precursora de las enfermedades de cáncer en todas sus variantes, Así se puede afirmar que no hay ninguna familia de origen rifeño que no padezca esta lacra de patología.

Los sucesivos Gobiernos de Marruecos, no reconocen este hecho, por lo que no hacen nada para luchar contra esta dolencia. Y tienen que ser las asociaciones del ámbito civil y personas independientes, quienes reivindican y llaman la atención tanto aquí como allá sobre este hecho. Y, justamente la semana pasada, el presidente de la Asamblea Mundial Amazigh, ha dirigido una carta al Ministro de Asuntos Exteriores y se ha reunido en Madrid con representantes de varios partidos, para solicitar su atención sobre este tema. Como consecuencia de estos contactos, Esquerra Republicana de Cataluña y Junts, acaban de registrar en las Cortes una proposición no de ley para su debate en la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara Baja. Veremos, dijo el ciego, en qué se queda esto.

De todos modos hay más problemas por allá. Así que no se olviden de Gaza, Egipto, Siria, Yemen e Irak, ni de los cientos de miles de refugiados que, en el norte como en el sur, permanecen agazapados y con mucho frío o mucha calor, esperando una liberación.

Es inconcebible, no lo entiendo. Quizás ustedes que están leyendo mi asombro puedan explicarlo y encontrarle un porqué lógico, que podamos entender los ciudadanos de a pie.

En mi casa, y me imagino que en todas, incluidas en las de ustedes, estamos locos por atinar a la hora de poner la lavadora y el friegaplatos. Ahora no porque estamos en el tramo más caro. Ahora tampoco porque es el tramo medio, pero te clavan. Sí, sí, hay que esperar a la hora de dormir. Hay que esperar hasta las doce en punto de la noche para arrancar con ambos electrodomésticos, que si no, es la ruina, me dicen.

Sí, así estoy yo, que con el calor que hace y las horas que tenemos en funcionamiento esos ambos dos aparatos, no me puedo dormir. Cuando cojo la cama a las dos de la madrugada ya pasadas, me desvelo y luego me dan las tantas. No pasa nada porque estamos en el tramo más económico.

Oiga, esto antes no pasaba. Con las velas y los candelabros, que encendíamos tan sólo cuando hacían falta, vivíamos más felices, lejos de estos nervios y este estrés de ahora, incluso aguantando el olor del petróleo y esa peste tan particular y única tan molesta que se respira al apagar tanto unas como los otros. No sé qué pensarán ustedes, si es que han vivido ese momento, pero yo digo y afirmo que vivan las velas.

Bueno, ya saben ustedes de qué va el rollo, mi rollo, el rollo que no entiendo. Y la culpa ¿de quién es? Del Gobierno claro, ¿de quién va a ser?,… Pues también de la oposición, que allí están tan guapos, tan sexis, pero tampoco hacen nada.

Petrificados todos, Gobierno y oposición ante la última noticia. Vale, pero ellos ya la sabían porque lo saben todo, incluso antes de que suceda porque son más inteligentes y no sé qué cosas más tienen. Sabían seguramente que las tres empresas eléctricas del país, Endesa, Iberdrola y Naturgy, han aumentado su beneficio en los seis meses que llevamos de año un 6 % con relación al mismo tiempo del año pasado.

Pero miren ustedes, eso no es todo. Resulta que estas tres (no sé cómo llamarlas), han acumulado entre todas un beneficio de 3,233 millones de euros es este periodo, 195 millones de euros más que el mismo periodo del año pasado. ¿Entienden ustedes ahora mi asombro y mi congoja?

La pregunta que hay que plantearse pues es: ¿por qué el Gobierno y la oposición (que se supone están para algo) no ponen fin a estas subidas extrañas que empobrecen más al más pobre y enriquecen más al más rico? A mí que me lo expliquen. Luego dicen. Y lo peor es que con la que está atravesando el país, un alto ejecutivo de alguna de ellas, quiso subirse el sueldo para igualárselo al de una empresa del sector pero en otro país extranjero. A que es increíble.

Luego le echan la culpa a Marruecos que tan sólo ha dejado que diez mil de sus paisanos se den un paseo por Ceuta, como venganza de la acogida en el país de un señor buscado por la justicia española, con pasaporte e identidad falsos.

Y digo yo, ¿quién habrá abonado, si es que se ha hecho, la factura del hospital, los cuidados, la seguridad y tantas cosas más que este hombre ha producido en el tiempo que ha estado entre nosotros? Tengan en cuenta que el hombre en cuestión, el susodicho Ibrahim Ghali, es el responsable de que en Marruecos nos miren mal y para colmo el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraza lo absuelve archivando la querella por genocidio que tenía pendiente, por prescrita. ¿Es que también prescriben las querellas de ese alcance? A mí que me lo expliquen. Además, este hombre tiene, según se dijo cuando arribó al país, otras denuncias pendientes y estaba buscado por nuestra justicia.

Sí, ya lo sé. Politizamos el asunto y lo cerramos sin problemas.

Bueno, no se olviden de Gaza, Yemen, Siria, Irak, Egipto ni de Túnez, donde las están pasando canutas. Tampoco olviden esos cientos de miles de refugiados agazapados en alguna parte de este triste y mísero mundo.