Feliz año viejo
Este fin de año está siendo muy difícil. Muy difícil para todos. Las únicas alegrías las vislumbran los más pequeños de la familia, por el mero hecho de disfrutar de aquella virtud llamada inocencia
Rajoy no ha cumplido nada de lo que ha prometido en su discurso de investidura de hace ahora un año. Sino todo lo contrario, parece haber querido ejecutar el proyecto más extravagante de su vida haciendo lo contrario de lo que tenía pensado.
Sinceramente no creo que la tarea de gobernar en este momento fuera a ser fácil, pero a Rajoy le ha faltado mesura en lo que se comprometió a hacer. Yo creo que ni él mismo sabía dónde se metía ya que no creo que haya nadie que estuviese tan dispuesto a inmolarse de esta manera.
Rajoy prometió diálogo pero gobernó a decretazo limpio. Prometió crear empleo pero el balance es de seiscientos mil parados más. Prometió no tocar los impuestos y los subió todos. Y, lo peor de todo, es que ahora dice no estar defraudando al ciudadano, cuando hay malestar manifiesto en todos los sectores y en todas las profesiones. Basta con mirar nuestras calles vestidas de blanco, verde, amarillo y demás colores, para ver el enfado que tienen los ciudadanos que las ocupan. Jamás se había visto en nuestras ciudades tantas manifestaciones ni tantas personas juntas protestando, unidas todas e interesadas en hacer llegar al Gobierno un único mensaje: su disconformidad por tomar decisiones y acciones, que aunque Rajoy considere justas, son incorrectas porque desequilibran su existencia, bajan su nivel de vida, destruyen todo aquello que han tardado muchos años en conseguir,…
Este que viene, realmente, no es un año nuevo. Este 2013 no va a aportar nada nuevo a los españoles ni a los foráneos que vivimos aquí. Éste, y aunque servidor no es por naturaleza pesimista, será el peor del decenio y será un año viejo.
Aun así, os recuerdo que no os olvidéis de Gaza y que, dentro de lo triste que pueda parecer, os deseo salud, humor y amor para combatir el 2013.