Siria en el corazón

moha-retrato-okA los británicos no se les engaña dos veces. Esta vez han decidido que no a la intervención de un país donde se “sospecha” que hay armas de destrucción masiva. David Cameron se queda solo porque, incluso los suyos, le han dado la espalda y dicho que no. El derecho al voto se la ha jugado. Sus asesores legales justifican la intervención por motivos humanitarios, por la muerte de, se supone, alrededor de 1.400 personas. Sí, 1400 almas; qué pena y qué desgracia, pero más desgracia me parece que es la pérdida de 110.000 civiles, que son la población que ha masacrado el dictador Al Asad en estos dos años. Al parecer para Obama y Cameron 1.400 muertes pesan más que 110.000 muertos.

Es la primera vez, desde hace muchas décadas, que en las relaciones EE.UU.-GB hay un rechazo británico a una propuesta norteamericana. Siempre habían ido de la mano. La última vez, el laborista Tony Blair se unió al republicano George W. Bush para aterrizar en Irak. Y el resultado ya lo hemos visto, un país destruido, abatido y casi borrado del mapa. Pero ahora el conservador Cameron ha tenido que decirle no al demócrata Obama. Son cosas de la vida. Ellos dos están seguros de que hay evidencias de la existencia y de la utilización de armas químicas, de la misma manera que lo estaban Blair, Bush y hasta el mismísimo Aznar.

John Kerry, el secretario de Estado norteamericano, afirma que a diferencia de Irak las pruebas del ataque químico en Siria son “claras y convincentes”, incluso antes de que los inspectores de la ONU presenten su informe, que no estará preparado hasta mediados de septiembre. Lo dicen ahora, después de dos años y con más de cien mil muertos. Ahora dicen que “no dejarán impune el crimen del asesino Asad”. Es de risa y no tengo ganas de reírme.

Es ahora cuando los servicios secretos estadounidenses junto con los de Israel aseguran que Siria tiene y ha utilizado armas químicas, cuando quieren intervenir. Pero por qué ahora, por qué no esperar por lo menos hasta que la ONU diga su palabra.

Dos tercios de la sociedad francesa rechazan el ataque. El presidente francés François Hollande no parece doblegarse para permitir que la Asamblea Nacional tome una decisión sobre el tema.

La Liga Árabe se encuentra, como siempre, dividida entre los que llaman al ataque como Arabia Saudí y los que se oponen como Egipto. Sí, pero ¿qué dicen los sirios? No se sabe, no se difunde ni se responde.

De los veinte millones de sirios seis han abandonado su casa por miedo, destrucción, hambre,… De estos últimos, dos millones han buscado refugio en los países vecinos que tampoco están para soportar ni ayudar a nadie.

El  Assad se está haciendo ahora el gallito. Está creciendo y asegurando que está preparado para repeler cualquier ataque, justo cuando Obama parece que se ha enfriado un poco y hasta parece que someterá la decisión al Congreso, cuando la comisión del senado ha aprobado la intervención con diez votos a favor y siete en contra. Poca mayoría para tan importante destrucción que se espera.

Y para acojonar se alerta de un misil en la zona que más tarde se descubre que pertenece a las maniobras militares que Israel llevaba a cabo con EE.UU. Menudo sitio y menudo momento para ejercitar y sacar a pasear las tropas!!!

Bueno, ahí queda eso. No se olviden de Siria, Gaza ni de Egipto.

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