Tanto a nivel nacional como internacional, siempre han existido y existirán personajes de la vida pública que, en una palabra, se hacen indomables. Son tercos, consiguen lo que quieren y se creen más importantes que el resto. Son egoístas, interesados y aprovechados. Sus acciones, obras y actos públicos los delatan, y las leyes, costumbres, tradiciones y buen hacer, parece que son de obligado cumplimiento para los demás y nunca para ellos. En definitiva, son imposibles.
Estos últimos días parece que han florecido. Desde Esperanza Aguirre hasta Putin, pasando por Bárcenas, Berlusconi, Buteflika, una tal Ana Belén Vázquez y demás, han utilizado su poder y su egoísmo para satisfacer sus instintos más bajos, hacerse dueños de la verdad y apoderarse de la grandeza humana pese a quien sea. Parece que el demonio les ha insuflado sus más grandes y míseras bajezas y maldades. Ellos han sido noticias en las últimas semanas.
Esperanza Aguirre, que se ha erigido últimamente defensora de la fiesta nacional y dicen que confunde antitaurino con antiespañol, se ha dado a la fuga, tirando la moto de los agentes de movilidad que la habían pedido su documentación y la del coche para proceder a multarla por parar en el carril bus de la Gran Vía madrileña. Acelera y es perseguida por la policía nacional pero se refugia en el garaje de su casa, cerca del lugar donde se ha producido el incidente. En vez de salir a dar la cara ante la autoridad, les echa a la pareja de la Guardia Civil que custodian su casa. Segundo error. Claro, pero ¿cómo se les ocurre a los Agentes de Movilidad de la Sra. Botella detener y multar a su merced en el centro de Madrid a las cuatro de la tarde sólo por haber dificultado el tráfico de autobuses y taxis de la capital a esa hora tan temprana de la tarde? Esto es de locos Claro, querían una foto. Una foto para sacarla en la prensa. Qué vergüenza, salir en la prensa detenida por unos Agentes de Movilidad, a ella que ni quiere salir en las páginas de esos papeluchos que llaman periódicos y que dicen que son independientes y no se dejan amedrentar. Si estuviera Telemadrid todavía. Podría hacer un esfuerzo dejando que el aire agite su melena mientras esgrime esa larga y falsa sonrisa.
Parece que a las chicas guapas del PP no les va esto de las multas. Ellas quieren conducir sus vehículos y parar donde se les antoje. Pues menuda gracia,… miren ustedes, las calles están hechas para circular y para parar cuando sea, hombre. Y si no, miren hasta dónde pueden llegar las cosas. La diputada del PP por Ourense Ana Belén Vázquez Blanco, vicepresidenta de la comisión de Interior, inspectora de Policía en excedencia, exalcaldesa de Balde y exesposa del actual alcalde, ha movido y revuelto Roma con Santiago para que la Dirección General de la Guardia Civil cese, destituya y haga desaparecer a José Manuel Grande Pérez, sargento de la Benemérita y comandante del puesto de una población de algo más de mil habitantes. El motivo de tal venganza es una multa que le impone el agente por tener el coche mal estacionado, concretamente subido a una acera, además de no tener pasada la ITV y por no querer mostrar la documentación del vehículo al agente. En realidad ésta es la octava multa que le impone el agente lo que lleva a la diputada a querer poner una demanda por grave acoso.
Lo malo de todo es que ellas se han salido con la suya.
El que no ha ganado la batalla y menos la guerra es el extesorero del PP Luis Bárcenas. Bueno, y qué les voy a decir yo de Luis Bárcenas; menudo personaje. En su partido no lo quieren ni ver por lo que ha destapado y declarado y, seguramente, por lo que ellos saben que él sabe pero que todavía no ha revelado. Aquí hay para rato y esto no termina así. Tiempo al tiempo. Pues al ex tesorero, ha sido sancionado por falta de consideración y por insultar a funcionarios de la Administración penitenciaria y a agentes de la Guardia Civil durante un traslado a un centro hospitalario desde la cárcel de Soto del real donde se encuentra desde junio del año pasado. La sanción es de pasar 140 días sin bajar a pasear al patio de su módulo. A Bárcenas se le abrió un expediente disciplinario por insultar a los agentes de la Guardia Civil y a los funcionarios de Prisiones por resistirse a ser esposado con las manos a la espalda. El señorito quiere ir sin grilletes por si le ven los vecinos.
Esto es a nivel nacional y esta vez les ha tocado a tres personajes del PP. Mañana, u otro día, tocará a otros, seguramente pertenecientes a otros partidos. Ellos serán diferentes pero el lodo es el mismo.
A nivel internacional y en Argelia, la momia de Abdelaziz Butaflika sigue deambulando de un lado para otro. A sus 77 años y una parálisis de cintura para abajo, el incombustible Buteflika sigue en la brecha. En el último año ha aparecido cuatro veces en público, con el Secretario de Estado Norteamericano, con un enviado de la ONU, con nuestro Ministro de Exteriores y sentado en su sillón presidencial, convertido en carrito, el día de las elecciones para votarse a sí mismo. Para ser presidente de un país, creo que son demasiado pocas apariciones. Y lo que más me asombra es cómo vuelve a ganar unas elecciones sin hacer campaña electoral, sin dar ni un discurso, ni presentar un programa. ¿Cómo lo consigue? La historia nos lo desvelará algún día. Se han dado ustedes cuenta de que él ha sido el único mandatario del mundo árabe que no ha tenido ni conocido una “primavera”. Claro, sigue inmerso, sumergido y hundido en un fuerte invierno a pesar del inmenso territorio desértico de que dispone.
Y por último, el siempre polémico Silvio Berlusconi ha sido otra vez condenado, ahora por el Tribunal de Vigilancia penitenciaria de Milán, por fraude fiscal por el caso Mediaset. Se trataba de la compraventa de derechos de transmisión de películas de EEUU cuyo valor se duplicaba para evadir dinero al fisco, desviándolo a cuentas en el extranjero. Nada, mientras más tienen, más quieren. Entre casos de corrupción, inducción a la prostitución de menores, sobornos, etc., creo que el angelito llega a la treintena de denuncias pero siempre se libra. Ahora ha tenido que renunciar a su condición de senador y su pena de cuatro años se ha visto reducida por la ley de indultos pero tendría que cumplir una pena de un año en arresto domiciliario o permanecer bajo la tutela de los servicios sociales por superar los 70 años de edad. Bueno, Berlusconi tendrá que trabajar unas cuatro horas a la semana en un centro para ancianos de Cesano Boscone cerca de Milán. Imagino que se lo pasará distrayendo a los más viejos del lugar, haciéndose el gracioso y contando chistes verdes y malsonantes. Esto le va.
Pero, aun así, no se olviden de Gaza, Siria ni de Egipto.