No en mi nombre
En Marruecos, dos acontecimientos culturales censurados han ensombrecido recientemente el panorama político del país: la prohibición del largometraje de Nabil Ayouch Zin al-li fik que se vio hace poco en Cannes con el título de Much Loved, y la estelar participación de Jennifer Lopez en bañador y enseñando, claro está todas sus carnes en el festival de música Mawazin, único en su género.
Los dos espectáculos han sacudido al ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno del islamista Abel Ilah Benkiran, hasta tal punto que en ambos casos se pidió su dimisión.
La prohibición de Much Loved la hizo el ministro sin previo aviso y sin encomendarse ni a Allah ni al diablo, justo antes de que el director solicitara la autorización de distribución y exhibición en el país. Al parecer el mismo ministro ha declarado que ha prohibido el film en nombre de los marroquíes a quienes ha ahorrado la molestia de contemplar imágenes pornográficas degradantes para la mujer y que dan una imagen nada cierta de Marruecos. La prensa, las redes sociales y todo el mundo se ha puesto las pilas. Con más de siete mil entradas en YouTube, la mayoría, de ellas encriptadas, la película prometía un breve espectáculo sobre un tema muy antiguo: la prostitución de chicas jóvenes sin trabajo, ni estudios ni futuro a corto, ni medio y ni a largo plazo; eso sí, con presencia de turistas sexuales pertenecientes a países árabes.
Justo después de esta prohibición, el ministro de Sanidad dio a conocer una investigación, de hace un par de años, que establecía en diecinueve mil el número de prostitutas en cuatro ciudades del reino.
No es la primera vez que el cine marroquí tiene como tema principal la prostitución. Películas como Casanegra, Amor en Casablanca, Maroc, entre otras, incluyen imágenes de desnudos y vocabularios obscenos de sus personajes, que es lo que se le reprocha al film de Ayouch.
Por otro lado, el espectáculo que la estadounidense Jennifer Lopez ofreció en Mawazin fue visto en directo por ciento sesenta mil personas y, en parte, por los espectadores del segundo canal público de televisión que fueron los que dieron el grito en el cielo. Lopez puede gustar o no, pero sus coreografías suelen ser espectaculares, con mucho ritmo, mucho color y poca ropa; pero eso ya se sabía. El Partido de Justicia y Desarrollo que gobierna en una vasta coalición le ha exigido al presidente de la Sociedad Nacional de Radiodifusión y de Televisión y de Soread 2M su dimisión o la del Ministro.
Bueno, esto de dimitir es muy fuerte. Hace poco el Gobierno presionó a ciertos ministros haciéndoles dejar sus funciones, recordarán la pareja de ministros compañeros que querían casarse en segundas nupcias y que provocaron un gran revuelo en la oposición que incluso pidió la dimisión del jefe del Gobierno. Pues a estos dos se agregó al Ministro de Juventud y Deportes por la mala organización del Mundialito, mientras el cuarto ha sido por financiar la compra de tres mil euros en chocolatinas de los dineros públicos para el cumpleaños de su hija. Insólito, verdad.
Pero estas cosas no pasan en Marruecos, claro. Y lo que no se puede permitir es que ningún ministro ni portavoz de ningún Gobierno pueda permitirse el lujo de hacer nada en nombre de ningún ciudadano ya que cada uno puede utilizar su voto como mejor le venga en gana.
Bueno, esto es Marruecos, donde nadie se debe sorprender de nada. Pero no se olviden de Gaza, Siria, Irak ni de Egipto.