Salvados por la luna

moha-retrato-okCircula por las redes sociales una petición para frenar el ansia del Partido Popular de controlarlo todo. Se trata, de momento, de establecer un impuesto al sol. Mañana o pasado se lo impondrán también al viento y, cómo no, también a la luna. De entrada las tres cosas son una divinidad que nos ofrece generosamente la madre naturaleza. Son tan necesarias Las dos primeras son tan insustituibles como imprescindibles. Con moderación son una delicia, pero en exceso son muy imprevisibles. En el caso de la luna no trago, la luna es intocable, es lo más importante para todos: soñadores o no, sentimentalistas o no, brutos, delicados, oscos, sensibles, escandalosos, discretos, toscos o amables. La luna los funde a todos, y no están los tiempos para despreciar algo que pueda unir a hombres y mujeres de todas las clases, de todas las categorías y sobre todo de todos los sentimientos. Ya tenemos bastantes cosas que nos separan pero mientras tengamos la luna, estamos salvados.

El ex presidente egipcio Mohamed Morsi, que cumple precisamente ahora en julio tres años desde su derrocamiento por un golpe militar, ha sido condenado a muerte junto a otros cuatro miembros de su asociación. Otros 94 seguidores y altos dirigentes de los Hermanos Musulmanes egipcios han sido igualmente condenados a muerte en ausencia, mientras otros 21 han sufrido condenas a cadena perpetua.

Las condenas impuestas a todo este regimiento de personas es por haberse fugado en grupo de prisión en 2011, durante la revuelta contra Hosni Mubarak. Morsi, desde entonces hasta ahora, ha experimentado y vivido en propia carne toda clase de bondades como de penalidades y barbaridades que puede sufrir un ser humano. Había ganado unas elecciones, había sido presidente del país más importante del mundo árabe, para pasar a sufrir la mayor derrota y la mayor desgracia: ser derrocado y condenado sin pena ni gloria.

Los militares golpistas que gobiernan el país, encabezados por Abdelfattah Al Sisi, parecen no olvidar y tampoco quieren perdonar a un fugado de la época de Mubarak, época y régimen que para nosotros pasó a la historia de Egipto. A estos parece que no les salva ni la luna. Menuda desgracia les toca vivir.

De todas las maneras no se olviden de Gaza, ni de Egipto, Siria ni de Irak.

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