El partido islamita de Justicia y Desarrollo ha vuelto a vencer en las elecciones legislativas que conoció Marruecos recientemente, con casi un tercio del total de escaños. De 395 parlamentarios ha obtenido 125, mientras su rival más encarnecido, el Partido Autenticidad y Modernidad ha obtenido 102 escaños, posicionándose el resto de partidos muy lejos de ellos: 46 obtuvo el legendario Partido de Istiqlal, 37 la Unión Nacional de Independientes, 27 el Movimiento Popular, 20 la Unión Socialista de Fuerzas Populares, 19 la Unión Constitucional y 12 el Partido del Progreso y del Socialismo de tendencia comunista. El resto de escaños han sido repartidos entre varias agrupaciones, destacándose los dos escaños obtenidos por la Federación de Izquierda Democrática, movimiento surgido a consecuencia de las movilizaciones de la Primavera Árabe de 2011 que también tuvo sus consecuencias en el país, aunque de un modo más leve.

A destacar en los recientes comicios, la muy baja participación del electorado que apenas ha alcanzado el 43 %, acudiendo así a los colegios electorales algo más de seis millones de personas de los 16 millones previstos. Otra particularidad tiene que ver con los resultados alcanzados por cada partido en comparación con las anteriores elecciones generales; ya que exceptuando a los dos primeros (PJD ha ganado 18 y el PAM 55), el resto de  partidos ha perdido muchos escaños en esta última votación: Istiqlal 14, UNI 15, USFP 19, PP 5, UC 4 y el PPS 6.

En realidad estaba previsto que el partido islamista se hiciera con la mayoría de votos y por ende, de escaños. Lo imprevisto era el salto tan gigante que ha experimentado el PAM para alcanzar esos 102 asientos. Ambos partidos habían apostado muy fuerte, el uno para repetir legislatura y el otro para acabar con la hegemonía de un partido no laico, aunque los dos tuvieran muchos enemigos y muchas cosas en contra. El primero por haber subido y encarecido el pan de cada día durante su mandato y el segundo por secundar la legalización del cánnabis haciendo del país el primer productor y el primer exportador, favoreciendo a los 40.000 productores, llegándose a insinuar la financiación de su partido por medio de los lobis de la droga.

La campaña había sido muy dura. En ella hasta se llegó a insinuar la intervención del Palacio para mitigar ante el PJD e instigar en beneficio del PAM, partido creado por el amigo y consejero real Fuad Ali El Himma, hasta tal punto que el gabinete real se manifestó por medio de un  duro comunicado negando la relación del consejero El Himma con el PAM, unas semanas antes de celebrarse los comicios, tras ser acusado de “encarnar el autoritarismo” directamente por Nabil Ben Abdelah,  secretario general del Partido del Progreso y del Socialismo, a la sazón, socio de Abdelilah Benkirán, presidente del PJD y miembro de su gobierno. A El Himma, dice el comunicado, nada le ata actualmente a la actividad política. “Los consejeros de SM el Rey no actúan más que en el marco de sus funciones, siguiendo las altas instrucciones precisas y directas que les son dadas por SM el Rey”.

En realidad nuestros vecinos al sur de Granada han tenido un caliente, ajetreado y muy difícil fin de verano y comienzo de otoño: el eminente curso escolar que requiere gigantescos gastos para equipar a los retoños con el material adecuado para sus clases, la celebración de la fiesta del Cordero, el acontecimiento más importante de entre los que celebra un musulmán y cuyos gastos de inversión suponen aproximadamente el 30% de los ingresos anuales de una familia media; así que multipliquen, cuando el precio medio de un animal para sacrificio ha alcanzado este año los 3.500 dírhams (unos 220 €), una cifra considerablemente alta para unas economías paupérrimas.

Así, los whatsapps que se han intercambiado últimamente entre los paisanos tenían como  contenido los dos temas anteriores y, por supuesto, las eminentes elecciones: Se han visto imágenes con largas colas de burros ante los colegios electorales; se han visto arrastrar corderos como regalo, servirse bandejas de cuscús en los almuerzos y sobre todo muchos billetes de 200 dírhams (menos de 20 €) para la compra sistemática de votos. Pero el problema seguía siendo el mismo: ¿a quién votar?, ¿en quien confiar?,… Y ya hemos visto los resultados: Más vale islamista conocido que cannabista por conocer.

Así son las cosas al sur de Granada; pero no se olviden de Siria, Irak ni de Egipto.