El anuncio de la celebración de las elecciones generales ha puesto a los partidos y a los políticos a funcionar. Teniendo como meta final la obtención y acumulación de votos, ya se les ve maquinando las estrategias más insospechadas para conseguir sus objetivos. El PP ahora quiere un pacto contra la brecha salarial, el C´s defiende un feminismo liberal, el PSOE se jacta de estar recuperando el voto joven, Podemos se encuentra inmerso en su división y VOX espera milagrosamente triplicar el éxito alcanzado en las elecciones andaluzas, en un momento crucial para la derecha y para la política española en general.
La pregunta repetida que esta semana se ha oído hasta la saciedad es “¿a quién vas a votar?”. Si, las autonómicas y las locales ya nos tenían en ascuas, ahora con las generales, y viendo el panorama, hasta nos da miedo. Miedo por lo que tenemos que afrontar, miedo por lo que nos viene encima y miedo por el caos que esto puede significar.
La guerra sucia ha sido declarada. Todas las fuerzas están dispuestas a emplear cualquier acción o estrategia que castigue y hunda al adversario. Pero los hay que se están hundiendo ellos y ellas mismos/as sin saberlo. El tiempo ya lo dirá.
PP y C´s acusan al presidente del Gobierno de usar las instituciones en su favor pero, digo yo, y qué presidente no lo ha hecho. Los empleados públicos han protestado y calificado el hecho como un “abuso inadmisible”. Se trata de que un alto cargo de la vicepresidenta Carmen Calvo dio la orden de que los funcionarios trabajen para el PSOE, cuando la Secretaria de Estado de las Relaciones con las Cortes, dependiente de la Vicepresidencia, mandó a los ministerios que escriban “iniciativas parlamentarias” para el partido de Sánchez.
La derecha española conoce el mayor posicionamiento y transfuguismo de su historia. El PP sigue perdiendo votos y el C´s que sigue pescando en caladeros ajenos intenta fichas, entre otros, a un ex consejero de Feijóo, ofreciéndole ser candidato al Congreso y liderar el partido en Galicia.
En Cataluña sale a la luz que el borrador de la “Constitución catalana” pretende negar la ciudadanía catalana a militares, policías nacionales y guardias civiles nacidos fuera de la comunidad autónoma.
En Podemos, donde unos vuelven sin haberse ido, dos hermanas Clara e Isabel Serra, se encuentran enfrentadas después de haber ido siempre de la mano. Clara, la mayor, es la número dos de Errejón en Más Madrid, la plataforma creada por Manuela Carmena, mientras Isabel, persona de mayor confianza del dirigente Miguel Urban, ha sido la elegida como candidata de Podemos a la Comunidad de Madrid
Podemos ya no debe querer el voto masculino. Antes hablaban de que “podían ellas y ellos” y ahora, según el cambio introducido en su marca electoral, sólo hablan de que “ellas podrán”, teniendo en cuenta el significado del nuevo sello distintivo elegido: “Unidas Podemos” en vez de “Unidos Podemos”.
No es por nada, porque servidor, aunque a nadie le importe, ha votado en algún momento a este partido surgido del manifiesto Mover ficha: convertir la indignación en cambio político, presentado en aquel mes de enero de 2014. Y yo, entonces, les voté a ellas tanto como a ellos, sin hacer distinción alguna; pero ahora, con estos cambios, no sabe uno qué hacer.
Esto da para pensar, pero lo peor de todo es que el Madrid ha caído eliminado en los octavos de la final de la Champions League y además, el Barça, a estas fechas, le saca creo que once puntos. Este será un fatídico año sin Liga ni Champions y para ahora se baraja la cifra de mil millones de euros para la refundación.
Pero aun así, no se olviden de Gaza, Siria, Irak, Egipto, ni de otros lugares ni de tantos refugiados que vagan por el mundo en busca de paz y serenidad.