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Archivos Mensuales: marzo 2020

Menuda jugarreta nos ha jugado el último virus. Aquí en España ya llevamos dieciséis días encerrados o más bien confinados, como han aconsejado las autoridades sanitarias. Confi qué,… confinados nos han mandado los mandamás. O sea, como reza en el Diccionario de la Real Academia, confinar significa “desterrar a alguien, señalándole una residencia obligatoria; recluir a algo o a alguien dentro de límites”; como también puede significar “pena por la que se obliga al condenado a vivir temporalmente, en libertad, en un lugar distinto al de su domicilio”.

La verdad es que no creía que personalmente podría resistir esta encerrona y lo estoy llevando bien. Salgo breves minutos a la compra y no todos los días. Ya en casa comemos pan duro o congelado, a veces no encontramos en el mercado o en el súper cosas que nos apetece comer y el segundo día después del confinamiento, a duras penas y después de recorrer varios comercios, me hice con el último paquete de papel higiénico del barrio. Parece que la gente estaba más preocupada por su culo que por sus narices y sus bronquios ya que de golpe y porrazo arremetieron con todos los rollos de papel higiénico, las lentejas, judías, garbanzos y toda clase de conservas en lata. Todo había desaparecido pero había servilletas, clínex, papel de cocina y los supermercados seguían medio llenos de demás cosas. Jamás había visto tanta gente en la calle con los carros de compra tan llenos. Ellos creían que todo se iba a terminar de las tiendas de alimentación y yo casi me asusto también.

Más tarde nos enteramos que lo del papel higiénico no era solo en nuestro barrio, sino que se había trasladado a otros barrios, ciudades e incluso países ya que el hijo de unos amigos nos comentó que en Australia, donde él se encontraba, también había desaparecido “el papel del culo” como suelo llamarlo.

En casa hablamos del servicio que hacía antaño la prensa una vez ya leída. Y yo me acordé de las ásperas piedras con que de niños nos servíamos cuando estábamos por allá jugando lejos de casa. Son cosas de la vida.

La pandemia coronavirus, llamada científicamente COVID-19, apareció en la ciudad china de  Wuhan en diciembre del año pasado. China dio conocimiento de ello a la Organización Mundial de la Salud el 31 de diciembre, lo que se transmitió al mundo el 5 de enero de 2020. Desde el principio circuló la broma que aconsejaba no adquirir el COVOD-19 porque iba a salir al mercado la versión del 20, y así fue. COVID-20 se extendió rápidamente en toda la región de Wuhan para trasladarse a otros continentes como ya sabemos, haciendo mella principalmente en Italia, donde tres meses después el virus ha dejado ya más muertes que las ocasionadas en toda China.

 

En estos días hemos oído de todo y han circulado muchas verdades, opiniones y consejos tanto como bulos y mentiras. Nos hemos preguntado cuál ha sido el origen de la pandemia, cómo se ha formado, por y para qué, cómo se ha extendido con esta rapidez y qué pasará una vez finalizada si es que tiene fin. Todo queda en el aire y lo único que sabemos es que esto, seguramente tiene un final como lo tuvieron todas las pandemias que ha sufrido el ser humano a lo largo de la historia. Se nos ha dicho que los años 20 de muchos siglos, el ser humano siempre ha conocido y sufrido un castigo. Que periódicamente hemos conocido y conoceremos maldiciones  hasta el final de nuestra existencia.

Bueno, reanudo y continuo escribiendo después de haber interrumpido la escritura para aplaudir, desde el balcón de mi casa, a todas las personas del servicio público que día a día trabajan, ayudan de una manera o de otra a los ciudadanos en las calles, hospitales, centros de mayores, supermercados, etc. Justamente, o mejor dicho, dos minutos antes de las ocho de la tarde, pasaron por mi calle una docena de coches de la policía nacional y la local, tocando sus sirenas expresando su agradecimiento por los aplausos que la ciudadanía les brinda en toda España desde sus balcones. Más aún, una ambulancia paró justamente en mi portal, saliendo el conductor y el enfermero de la misma a aplaudir a los vecinos también en señal de agradecimiento por los abrazos, ánimos, y hurras que diariamente recibe el personal médico.

Al parecer esta maldita y endémica enfermedad ha sido preconizada en un sinfín de escritos, artículos, conferencias y mensajes. Sus autores predecían un año 20 muy desagradable para el ser humano, calculando hasta un millón de muertes. Y esto está pasando realmente. China se ha tirado tres meses confinada y aquí sólo esperamos no sobrepasar este tiempo.

Que sepan que hace una semana en Gaza no se había detectado ningún caso endémico. Ahora exactamente no sé cómo ha evolucionado la cosa, pero hasta hace una semana los creyentes musulmanes habían rezado en su mezquita de siempre. De todas maneras, no se olviden de Gaza, Siria, Egipto, Irak ni los miles de refugiados que andan escondidos en cualquier rincón del mundo.

Bueno, sobre el Coronavirus casi se ha dicho todo. Las cifras de afectados, muertes, contagiados, curados en todo el mundo, son una gran trola. Sólo en España, a día de hoy, el Gobierno declara que hemos superado los 160 infectados, amén y quién los va a creer.

El negocio es redondo para las farmacéuticas. Ellas crean el virus y dicen que investigan para encontrar la vacuna. Todo es para ganar dinero, mucho dinero, mientras se lo hacen perder a otros. Se están anulando continuamente todos los encuentros económicos, sociales, científicos, deportivos, de ocio o de cualquier índole a nivel local, nacional o internacional donde se pueden reunir o pueden coincidir más de tres personas.

Las mentiras sobre las cifras de afectados, horas de trabajo perdidas por las empresas, paros, despidos y todo lo que esto conlleva, se hacen patentes. Acuérdense de los virus que hemos padecido en los últimos dieciocho años: en 2002 el ZH, en 2003 el SARS (síndrome respiratorio agudo grave), en 2005 la gripe aviar, en 2009 la gripe porcina, en 2014 el Ébola, en 2016 el Zika y ahora el Corona. Amén de los virus informáticos por todos conocidos y que han afectado a millones de personas, haciéndoles perder mucho tiempo y tanto dinero.

La mentira también ha envuelto el antiguo edificio de Correos de Madrid donde el Alcalde o el Ayuntamiento, se han empecinado, en contra de las necesidades y de la opinión de los habitantes del Barrio del Retiro, en construir un parking para mil automóviles en la avenida Menéndez Pelayo uno de los límites del consagrado jardín. Los vecinos se han puesto en contra de esta decisión atendiendo a las siguientes consideraciones: en la zona sobran plazas de parking subterráneas para tener a buen recaudo los autos de los vecinos, los índices de contaminación en el barrio son los más altos dentro de la M30, existe un proyecto que apoya la candidatura a Patrimonio Mundial de la UNESCO de “el Paseo del Prado y el Retiro, paisaje de las artes y de las ciencias” que no se logrará si se instala el susodicho makroparking, el subsuelo de la zona tiene, según los expertos varias minas valiosas (agua, refugios antiaéreos y restos arqueológicos importantes). Todo esto amén de las dos votaciones en contra llevadas a cabo en el Junta del distrito de Retiro y en el mismo pleno del Ayuntamiento donde se aprobó la suspensión del proyecto, posicionándose el Cs junto a Más Madrid y el PSOE en contra de su construcción. Esto es lo que ha pasado pero resulta que tales votaciones no son vinculantes, pudiendo la Junta de Gobierno hacer lo que le venga en gana.

Esto pasa por aquí pero allá la cosa está candente. Así que no se olviden de Gaza, Irak, Egipto y sobre todo de Siria y especialmente de los miles de refugiados sirios a quienes Turquía ha abierto sus fronteras para echarlos al mar con destino a Grecia que les ha recibido con plomo en vez de con mantas y una botellita de agua.

Bueno, sobre el Coronavirus casi se ha dicho todo. Las cifras de afectados, muertes, contagiados, curados en todo el mundo, son una gran trola. Sólo en España, a día de hoy, el Gobierno declara que hemos superado los 160 infectados, amén y quién los va a creer.

El negocio es redondo para las farmacéuticas. Ellas crean el virus y dicen que investigan para encontrar la vacuna. Todo es para ganar dinero, mucho dinero, mientras se lo hacen perder a otros. Se están anulando continuamente todos los encuentros económicos, sociales, científicos, deportivos, de ocio o de cualquier índole a nivel local, nacional o internacional donde se pueden reunir o pueden coincidir más de tres personas.

Las mentiras sobre las cifras de afectados, horas de trabajo perdidas por las empresas, paros, despidos y todo lo que esto conlleva, se hacen patentes. Acuérdense de los virus que hemos padecido en los últimos dieciocho años: en 2002 el ZH, en 2003 el SARS (síndrome respiratorio agudo grave), en 2005 la gripe aviar, en 2009 la gripe porcina, en 2014 el Ébola, en 2016 el Zika y ahora el Corona. Amén de los virus informáticos por todos conocidos y que han afectado a millones de personas, haciéndoles perder mucho tiempo y tanto dinero.

La mentira también ha envuelto el antiguo edificio de Correos de Madrid donde el Alcalde o el Ayuntamiento, se han empecinado, en contra de las necesidades y de la opinión de los habitantes del Barrio del Retiro, en construir un parking para mil automóviles en la avenida Menéndez Pelayo uno de los límites del consagrado jardín. Los vecinos se han puesto en contra de esta decisión atendiendo a las siguientes consideraciones: en la zona sobran plazas de parking subterráneas para tener a buen recaudo los autos de los vecinos, los índices de contaminación en el barrio son los más altos dentro de la M30, existe un proyecto que apoya la candidatura a Patrimonio Mundial de la UNESCO de “el Paseo del Prado y el Retiro, paisaje de las artes y de las ciencias” que no se logrará si se instala el susodicho makroparking, el subsuelo de la zona tiene, según los expertos varias minas valiosas (agua, refugios antiaéreos y restos arqueológicos importantes). Todo esto amén de las dos votaciones en contra llevadas a cabo en el Junta del distrito de Retiro y en el mismo pleno del Ayuntamiento donde se aprobó la suspensión del proyecto, posicionándose el Cs junto a Más Madrid y el PSOE en contra de su construcción. Esto es lo que ha pasado pero resulta que tales votaciones no son vinculantes, pudiendo la Junta de Gobierno hacer lo que le venga en gana.

Esto pasa por aquí pero allá la cosa está candente. Así que no se olviden de Gaza, Irak, Egipto y sobre todo de Siria y especialmente de los miles de refugiados sirios a quienes Turquía ha abierto sus fronteras para echarlos al mar con destino a Grecia que les ha recibido con plomo en vez de con mantas y una botellita de agua.