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Archivos Mensuales: mayo 2020

Hoy Madrid ha pasado a la Fase 1. Le ha costado y lo ha superado a regañadientes. Mis amigos de las cervezas del viernes y otras cosas, ya han reservado una mesa para nueve personas en una terraza del barrio para esta tarde-noche.

Y hablando del barrio, éste donde yo vivo se está destacando en los últimos días por el ruido y las broncas que arman algunos vecinos que hasta ahora, y desde las ventanas de sus casas, expresaban su desacuerdo con la gestión de la coronavirus que realiza el Gobierno central, con la clásica cacerolada a las 21.00 horas, después de que el resto de vecinos seguíamos aplaudiendo una hora antes a la gente de la sanidad, que lo han dado y lo están dando todo para que los demás pudiéramos vivir o, en el peor de los casos, morir en paz.

No satisfechos con la cacerolada desde la ventana y terraza de su casa, muchos vecinos del barrio del Retiro están saliendo a la calle para protestar. Sacan la cacerola y el cucharón o simplemente el cucharón para armar ruido, protestar y manifestar su desacuerdo, convirtiendo los cinco minutos habituales en media hora o más, acompañados incluso con enfrentamiento y amenazas a los vecinos no provistos de esas herramientas, y mejor si son mayores y/o mujeres. Digo que en mi barrio y exactamente en la intersección de las calles Narváez con Ibiza, se ha convertido en la central de la protesta diaria. Varios amigos y conocidos han afirmado el descaro y la violencia con que esta gente sale a la calle. Me aseguran que daban miedo y pavor, que mejor es no cruzarse con ellos ya que contaban con la permisibilidad de los agentes del orden.

Esto fue el domingo pasado y era fuera de reivindicación organizada por Vox el día anterior recorriendo las calles de Madrid y otras ciudades como Barcelona, Valencia, Sevilla, Bilbao, etc., en autos y motos, devolviendo a estas ciudades la contaminación que el confinamiento había hecho reducir.

Para colmo la caravana de autos y motos, todos de alta gama (descapotables, BMW, Mercedes,…) que recorrieron Madrid, lo hacían bajo el lema de “Marcha de la libertad”. Irrisorio es que esta gente que durante décadas nos han castigado, maltratado y encarcelado a los demás, salen ahora reivindicando “libertad”. A caso se sienten amenazados por un Gobierno y por unos ciudadanos demócratas, ellos que nos han acojonado durante cuarenta años en nuestra juventud.

Se han apoderado de las calles y de la bandera de todos, han atascado las ciudades, se han saltado todas las medidas de seguridad sanitaria para protestar contra la ejecutiva del PSOE y de Podemos, exigiendo la dimisión de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias por su “criminal” gestión de la crisis del coronavirus, “protegiendo España frente a los que la quieren despedazada, pobre o encarcelada”.

Oiga, ustedes tienen su derecho a protestar, criticar y a casi todo lo que quieran, pero háganlo civilizadamente, no insulten a nadie y no molesten a los demás.

Ráfagas de críticas le han llovido a Santiago Segura, según se cuenta, por intentar apaciguar el ambiente al hacer un llamamiento a la “concordia, entendimiento y armonía”. En un tuit comentó: “Qué tristeza esa España de fachas y rojos, de malos y buenos, de extrema derecha fascista o bolcheviques bolivarianos”. “Concordia, entendimiento, armonía,… igual suenan a descafeinado, pero son palabras necesarias”.

Al parecer aquí no se puede mediar con nada ni con nadie y espero que los descontentos con el Gobierno vuelvan a su cacerolada desde su ventana en vez de trasladarla a la calle que les vuelve violentos e incivilizados.

Aun así, les ruego que no se olviden de Gaza, Siria, Irak, Egipto, donde la epidemia esté haciendo estragos, ni de los miles de refugiados agazapados en cualquier rincón en espera de consuelo y alivio.

En el jamás de los jamases nos podíamos creer que nos podía pasar lo que nos está pasando. Nadie en su sano juicio se lo podía imaginar. Ni el más pintao, ni el más listo, ni el guionista más creador, ni el más escurridizo, soñador, espabilado, inventor, imaginativo, ingenioso, inventivo y no sé qué sinónimos más se le podía ocurrir configurar algo semejante. Llevamos casi diez semanas encerrados y creo que esto nos está pasando factura.

Hasta hace poco, que los días eran fríos, nublados y hasta lluviosos, podíamos pensar quedarnos en casa que es mejor. El día está desagradable y ¿a dónde vamos con lo que cae? Además si resistimos un poco más, este mal se aburrirá y nos abandonará para siempre… porque no hay mal que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante, como dice el refranero

Pero ahora que la primavera ha aflorado, los días son más largos porque, encima, hemos   contribuimos a ello añadiéndole una hora, como si al tiempo le faltase un extra o un premio para tenerle más contento. Ahora digo, ya hemos cambiado en el baúl la ropa de invierno por la de verano, hemos descubierto las chanclas, el pantalón corto y esto casi no hay quien lo pare.

Porque, quién iba a pensar que cogería el coronavirus. Esas cosas no me pasan a mí, también lo habría dicho Isabel Díaz Ayuso, la joven presidenta de la Comunidad de Madrid y ahí estuvo, con corona y confinada pero no en su casa habitual, sino en un idílico apartamento con más terraza que dormitorio y salón. Isabel ha tele trabajado, ha probado esta manera nueva de estar en activo y funcionando pero desde casa. Bueno ella lo ha aplicado pero desde otro apartamento, con más salón y más terraza para darnos envidia. En total la señora Díaz Ayuso vive ahora en dos apartamentos de lujo, pasando de 50 a 400 metros cuadrados por tan solo una miseria, tan solo 80 € el día que hasta la fecha, dicen las malas lenguas, no han sido cobradas y se duda de si ella fuera a pagarlas.

Bueno, son las ocho de la tarde y me toca hacer una parada, toca salir a aplaudir a médicos, enfermeros, auxiliares y demás personas, de ambos sexos para no escribir médicas, enfermeras, etc., que han hecho y hacen llevadero este confinamiento que precisamente Isabel Díaz Ayuso y gente de su calaña quieren parar y hacer desaparecer.

Oiga señora, tenga usted en cuenta que no salimos de la etapa cero porque usted, y los suyos antes que usted, hicieron las cosas mal. Vendieron o mejor regalaron la sanidad a sus amigos y demás, nos dejaron sin camas, sin personal y sin recursos para afrontar cualquier virus que fabriquen chinos, coreanos o la madre que los trujo. Usted quiere darle una patada al confinamiento para satisfacer los caprichos de los suyos. Porque qué hacen los suyos, salen a las calles de Madrid a protestar contra el Presidente del Gobierno que los ha encarcelado y dejado sin poder gastarse el tanto dinero que deben de tienen, entre otras cosas,…!!!

Ideas como las suyas han empujado a los pijos del barrio de Salamanca en Madrid a salir a pedir Libertad, sin saber lo que eso significa. Que se lo recuerden al resto de españoles que durante más de cuarenta años sí han pedido Libertad cuando morir estaba a la orden del día si no pensabas como ellos querían que pensases. Los pijos de la calle Núñez de Balboa y aledañas han bajado de sus casas a la calle, se han amontonado extralimitándose al confinamiento obligado, sacaron sus cacerolas, sus cazos y demás enseres de cocina para protestar porque Pedro Sánchez y las hordas rojas les han encarcelado y encerrado en sus grandes y lujosas casas.

La Presidenta de la Comunidad de Madrid se ha lucido en esta última semana. Ha querido brillar pero ha brillado en el fango.

De todas las maneras no se olviden de Gaza, Siria, Irak ni Egipto. Acuérdense de todos esos inmigrantes que andan por ahí y por allá, agazapados y con otro inconveniente añadido, el coronavirus Covid-19.