«Que te pires ya», Isabel
Estas cuatro palabras le dijeron los miembros del grupo musical Ska-P en su cuenta de twitter a Felipe VI, tras escuchar su último discurso, el de las pasadas navidades. El motivo es porque el Rey había centrado su comunicación en el coronavirus, que nadie niega su importancia ni el daño que nos está acarreando, dejando en la sombra temas de relevancia para los españoles como son la escapada, o salida relámpago, de su padre del país, su problema con el fisco, etc.
Pero el actual “que te pires ya” se lo dirijo yo a Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la comunidad de Madrid, por no estar a la altura de las circunstancias ni al nivel que le exige su cargo como responsable política. Esta mujer, que el presidente del PP se ha sacado de la chistera así como por arte de magia, no se merece estar donde está por sus acciones y reacciones. Ella parece que está tan solo para llevar la contraria y colgarse del mástil más alto en vez de caminar y andar por el nivel más sencillo, simple y llano que siempre es el mejor-
Pero veamos quién es Isabel Díaz Ayuso. Madrileña, cuarenta y pocos años, licenciada en Periodismo y Máster en Comunicación Política y Protocolo. Su labor se centró en el área online del PP donde dirigió las comunicaciones de la red social de la Comunidad de Madrid, así como la cuenta de Twitter de Pecas, la mascota de Esperanza Aguirre y se encargó de la campaña digital de Cristina Cifuentes. Conoció a Casado cuando dirigía las juventudes del PP.
Ella está allí para declarar la guerra a quien sea. No sé si por iniciativa propia, pero me inclino más bien por siguiendo una maniobra bien perfilada y trazada en la presidencia de su partido.
Son muchos los temas mal gestionados por Isabel. Por ejemplo hablando del coronavirus, el periodista británico de The Times John Carlin, la ha llamado la “Dama de Hierro de Madrid”, haciendo referencia a la que fuera primera ministra británica Margaret Thatcher, por calificar la situación de la COVID como “excelente” teniendo la región unas elevadas tasas de contagio. Sus decisiones de cierre, confinamiento, regulación de los temas relacionados con la hostelería y sobre todo en lo referente a la sanidad, han sido tomadas tarde, sin concretar y muy mal postuladas. Crea un hospital en Ifema para demostrar que puede y sabe, lo desmantela antes de tiempo y construye otro específico para pandemias que aún no está del todo terminado obligando a los trabajadores del sector a trasladarse por el artículo de yo quiero, tu te trasladas.
Se le reprochan casos de corrupción relacionados con Púnica, Avalmadrid por no aplicar estudios de viabilidad a su propio padre y al impago reiterado de impuestos. Mantiene un rifirrafe con el ministerio de Sanidad por la adjudicación de las vacunas cuya aplicación privatiza, firmando un contrato exclusivo con la Cruz Roja de 804.000 € en seis meses, estando habidos y dispuestos los enfermeros y enfermeras de la salud pública para llevar a cabo la tarea.
Y para colmo, esta mujer no llega a presidir la reunión del Plan Territorial de Protección Civil para organizar y gestionar las catastróficas consecuencias de la nevada histórica que asoló Madrid en un caos de campeonato durante varios días. Llegó, se sacó una foto con el personal cuando la reunión ya había acabado y twitteó un mensaje. Sí, lo suyo es el twitter y nada más. Dicen que decidió ponerse en segundo plano para que los posibles efectos negativos de la tormenta salpicaran directamente al gobierno central o incluso al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
Mujer, si no puedes con esto de la política, ni con el espíritu del servicio público que ello requiere, que has demostrado que no puedes, pírate ya. No te necesitan ni los que, claramente engañados, te han votado.
Bueno, con esta pandemia y este frío, les agradecería que no se olviden de Gaza, Egipto, Siria, Irak ni de Yemen donde las están pasando canutas, al igual que los cientos de miles de refugiados repartidos a través del mundo.