Israel se defiende
“Israel se defiende”, eso dicen los que justifican las barbaridades que está cometiendo el ejército de este pueblo, en contra de la población árabe; en contra de los que, en teoría, serían sus vecinos, sus compañeros, sus semejantes y casi sus hermanos.
Realmente el ataque de Hamás del pasado 7 de octubre, ha incendiado la mecha para que Israel pase al ataque. Quizás esta vez, la culpa la tiene Hamás por haber empezado la contienda, haber despertado a un sonámbulo, haberle dado la oportunidad de contratacar, pasar a la ofensiva, porque cuando Israel contrataca, lo hace con todas sus fuerzas, sin miramientos de ninguna clase, y ya no hay vuelta atrás. Lo estamos comprobando día a día desde aquel fatídico 7 de octubre.
Sí, dicen que Israel se defiende, sí, pero de quién. Se defiende de niños heridos y de bebés que no encuentran incubadoras. Se defiende de mujeres y de ancianos. Se defiende de inválidos y de impotentes. Se defiende de enfermos y desamparados. Se defiende de cuerpos rotos y de almas desvalidas.
Se ha demostrado que en los sótanos del hospital Al Shifa, donde el ejército de Israel hizo una incursión “precisa y dirigida”, según ha comunicado el estado mayor judío, después de dos días de asedio, no había armas ni era el centro de mando de Hamás.
Israel se defiende, sí, pero quién lo dice, quién repite esta frase. No serán justamente aquellos que un día se lo hicieron pasar mal, aquellos que sembraron el terror, hicieron sufrir al pueblo judío a quien consideraban indigno, ruin e indecente.
Que yo sepa, en ninguna guerra civilizada, si es que alguna guerra puede calificarse así, jamás nadie ha bombardeado un hospital, ni ha atacado un centro médico donde tan solo puede haber heridos, gente medio muerta y personas que tan solo esperan que sus almas abandonen esos esqueléticos cuerpos y que sus suspiros sean los últimos.
Realmente, Israel cuando quiere matar a alguien, lo hace con toda certeza y toda seguridad. Sus sistemas de ataque son tan certeros que no fallan, pero esta vez han errado, malogrado y hasta decepcionado. Y que se sepa, el pueblo palestino no es ni ha sido el enemigo del pueblo judío. Y si no, que se lo pregunten.
Europa, la culpable de este desastre, esconde la mano y dice que “Israel se defiende”, pero no es así. Espero con toda mi alma que, algún día, de algún año y de algún siglo, el pueblo judío descubra la realidad de su sufrimiento y de su injusta venganza contra el pueblo palestino.
Sí, no se olviden de Gaza, de toda Palestina, ni de los cientos de miles de inmigrantes agazapados en cualquier rincón del mundo.