Nuevas estrategias en el asesinato
El terrorista Benjamín Netanyahu propone a su colega Donald Trump para el Nobel de la Paz. Este último, ni corto ni perezoso, le contesta: “Muchas gracias. Viniendo de ti es especialmente importante”. Netanyahu había declarado en la Casa Blanca ante su contrincante: “Está forjando la paz… la carta que envié al Comité del Premio Nobel, le nomina para el Premio de la Paz, que es bien merecido, y usted debería recibirlo”.
Hay que considerar que Trump se muere por recibir semejante galardón, y que Netanyahu no es el primero ni el único en hacer esta propuesta. Antes que él, la hizo el Gobierno de Pakistán, se dice que por la labor diplomática hecha por Trump durante la crisis surgida entre este país y la India.
Grandes hombres, verdaderos hombres pacifistas y personajes muy considerados en la Historia humanitaria, que verdaderamente trabajaron por conseguir la paz y la concordia entre los seres humanos, no han conseguido esta recompensa. Pero Trump tiene mucha competencia porque la ONG Acción por Gaza está promocionando, a través de medios sociales, que se conceda el premio a la experta de la ONU Francesca Albanese y a los médicos de Gaza por su trabajo y abnegación en la zona. La señora Albanese ha denunciado, como otras ONG’s, las violaciones de derechos humanos y a los políticos y empresas que se lucran con el genocidio en Palestina. Por ello, EEUU le ha declarado la guerra, anunciando sanciones contra ella e intimidándola con métodos mafiosos, según ha declarado recientemente la señora.
Netanyahu quiere ahora construir en Gaza un campamento sobre unas ruinas para encerrar a unos 600.000 palestinos, después de no haber conseguido expulsar a los dos millones de gazatíes para montar un chiringuito turístico.
La muerte sigue estando al día en Gaza. Diariamente unas cien personas civiles entre ancianos, mujeres y niños se encuentran con ella. Y se calcula que, desde aquel 7 de octubre de 2023 en que Hamas secuestró a aquellos 250 israelíes, hasta el 2 de julio de 2025, ha habido unos 59.000 muertos (57.418 palestinos y 1.706 israelíes). En este genocidio hay unos 1.600 trabajadores sanitario muertos (por los bombardeos que han sufrido los hospitales), 310 trabajadores de la UNRWA, 120 académicos y más de 220 periodistas, todos ellos personas que nada tienen que ver con la guerra. Además, se sabe que el número de heridos ha alcanzado los 137.887 y que hay miles de cadáveres bajo los escombros de los edificios destruidos.
El problema ahora es el empeño de Netanyahu de controlar la ayuda humanitaria que se distribuye en Gaza. Israel, según se ha averiguado, utiliza el control de la ayuda humanitaria para hacer morir de hambre a los gazatíes y como una estrategia de aniquilación del pueblo palestino. Abres un saco de harina y te encuentras con pastillas de Oxycodona, un medicamento que se emplea para aliviar el dolor agudo y crónico, esencialmente en el tratamiento del dolor relacionado con el cáncer de adultos. Tiene un alto potencial de abuso y dependencia, por lo que debe usarse bajo supervisión médica. Los efectos fisiológicos, según el amigo Google, son la sedación, depresión respiratoria, estreñimiento, constricción papilar y daños epáticos graves. Los efectos de una sobredosis incluyen somnolencia extrema, debilidad muscular, confusión, piel fría y pegajosa, pupilas puntiformes, respiración superficial, ritmo cardíaco lento, desmayo y posible muerte.
En los últimos días, además de morir por bombardeos, disparos de fusiles, metralletas o por la caída de los escombros de edificios, en Gaza se puede morir lentamente por la ayuda humanitaria que entra en la zona. “Esta ayuda se está convirtiendo en arma al servicio de objetivos políticos y militares”, afirmó el comisionado general de la Agencia de la ONU para los refugiados palestinos.
Al parecer la Fundación Humanitaria para Gaza (GHF), es la encargada desde finales del pasado mayo, de la distribución de toda la ayuda humanitaria que entra en Gaza. Ésta tiene tres centros en el sur de la Franja y uno en el centro y su labor ha sido muy criticada debido a múltiples incidentes. Se comenta que más de 600 palestinos han muerto en cinco semanas en estos puntos de distribución.
Pero, ¿quién es GHF? Esta organización respaldada por EEUU y por Israel, está liderada por el reverendo Johnnie Moore, cercano a Donald Trump y a Benjamín Netanyahu, ha sido muy criticada por 170 organizaciones internacionales, incluidas Save The Children, Oxfam Intermón y Amnistía Internacional que han denunciado que la iniciativa “viola principios humanitarios y representa una estrategia para desviar la ayuda y fortalecer objetivos políticos de Israel”. A ver ¿quién da más? ¿Qué hay que hacer para condenar a Israel y mandar al terrorista Netanyahu y a su ejército a la pena capital?
Europa, !!!no seas benevolente y condena de una vez a Netanyahu y a su ejército¡¡¡, !!!Europa, te haces cómplice del genocidio¡¡¡
No se olviden de Gaza, ni de los cientos de miles de refugiados que esperan su aniquilación en muchos rincones de éste, nuestro mundo.